La situación política, social, económica y cultural por la cual está atravezando el Perú - y por qué no, el mundo - sobre todo en los últimos 10 años, ha sido motivo de reflexión de muchas ideólogos, sociólogos, pensadores contemporáneos y civiles comunes y corrientes de nuestro país y del exterior.
A mi parecer, y sin considerarme ninguno de los arquetipos antes mencionados, vivir en nuestro histórico y andino Perú da la sensación de estar en una montaña rusa - hago la aclaración que nunca me he subido a una, pero a mis 27 años puedo adivinar cuál es la sensación - en la cual en un momento puedes vivir la euforia de casi tocar el cielo, y en un segundo estás cayendo, down down, sin poder controlar nuestros movimientos y en donde sólo te queda cerrar los ojos y esperar que esa sensación se pierda.
Así es nuestro país, así es nuestra vida. Ya dije mi edad, y eso no me hace un experto en los temas que hoy pueda escribir, y uds. puedan leer, pero lo que uno aprende en la familia, la calle, la universidad, y cualquier otro lugar donde nos relacionemos o desarrollemos, será el principio y el fin de nuestro aprendizaje. Eso es lo que cuenta.
No quiero denotar pesimismo, porque no soy pesimista, me considero un humilde seguidor de la esperanza, y no me ando preocupando por caerle bien o mal a la gente, aunque si me interesa que vean en verdad como soy y de donde vengo. Pues bien, precisamente sobre esto último, uno sabe de donde viene, y no se como permitimos que nuestra sociedad, cada vez más y más, sea capaz de pasar sobre nosotros y promueva situaciones y concepciones fundamentados en el maltrato, la mentira, la violencia, y todas aquellas expresiones de la ya famosa corrupción, tan famosa en nuestro país.
Quiero hacer un paréntesis en este breve texto para indicar que no me gustan las drogas y mucho menos soy un cucufato o estoy desempleado y perdiendo mi tiempo. Lo digo porque cuando uno escucha o lee este tipo de reflexiones, como las que yo intento hacer en este blog, piensan que o estás drogado, o eres un santurrón, o andas webeando por todos lados. Nada que ver, la vida es así y te da momentos para reflexionar sobre tu propia vida, la cuestión es simplemente no dejarla ir.
Aclarado el punto, quiero finalizar diciendo que si bien estamos inmersos en un mundo de caos, aquí hago alusión a uno de mis escritores favoritos, estamos en un mundo en cambio, un mundo donde nosotros somos los protagonistas principales, y no unos meros espectadores. Donde lo que suceda o deje de sucedes cotidianamente hace de nosotros mejores o peores seres humanos. ¿Qué es lo que puedes hacer tú?.
