Mucho celucho

¿Tienes celular? Esa es la pregunta más importante que se hace la gente cuando conoces a alguien, o cuando quieres empezar a afanarl@. No te preguntan de dónde eres, cuántos años tienes o cuánto calzas (pregunta exclusiva de las féminas), sino si tienes el bendito aparato para que se puedan comunicar por el bendito aparato.
Y es que el celular se ha convertido en el pretexto perfecto para hacer amistades, para inicar una relación o simplemente para fregar la paciencia a quien no te cae bien con los mensajitos anónimos.
Te compras el celular pero no tienes idea de cuando volverás a comprarle la tarjetita de crédito - tal vez en la próxima navidad - pero igual te lo compras o le pides a tus viejos que te regalen uno porque saliste bien en tus parciales. Haces miles de cosas para lograrlo pero una vez que lo tienes se convierte en tu mejor amig@, tu confidente, le cuentas todas tus penas y, a pesar que puedes pagar tu quina para ir a un internet, también lo usas para chatear con tus patas cuando vas en el micro.
Mi experiencia con el celucho empezó en el 98, cuando estaba en la u y me pasaron el dato que había un concurso en la radio, que si llamabas y decías el slogan de la radio, entrabas a un sorteo de varios celulares. Bueno, llamé y me pusieron en vivo y automáticamente, sin sorteo me llevé mi celu que tenía que recogerlo al otro día. Todo emocionado fui el día indicado y me lo dieron todo emocionado. Era un Audiovox de Telefónica y obvio que cuando llegué a la U habían 100 personas más que tenían uno igualito. Creo q me duró un año y luego de miles de caídas por las gradas y demás, lo vendí por 100 lucas a un incauto. La oferta incluía la funda porsiaca.
Al siguiente año, con esas locuras que sólo a uno le pueden pasar, decidí comprarme mi primer celular con línea abierta. Era un Samsung, esos con batería ancha y con tapa, donde tenía que pagar como 100 lucas mensuales. No sé porque miércoles tomé esa decisión pero pensé que con las propinas y todo eso podría hacerlo. Pagué el primer mes y al cuarto, con tres meses atrazados, se lo di a mi viejo para que lo use. Luego lo recuperé convertido ya en tarjetero. Una vaina endeudarse.
Luego vino mi favorito de Tim, un Sagem 3026 que me regaló mi hermano el verano del 2002, el primero que usé con altavoz, el cual me fascinaba y que prácticamente me duró 15 días porque me lo pelaron. No doy detalles.
Ahorrando un poquito al mes me compré un Sagem 3020. A ese si le di duro, tuve que cambiarle de carcasa porque ya no veía ni los números. Lo tuve buen tiempo, no recuerdo cuanto, pero al final lo vendí a una amiga por 125 lucas... salí ganando bien.
El último de la lista fue mi actual Siemens MC60, mi primero con cámara, que lo compré el año pasado en mayo. Muy bueno y como recién le configuré el internet - tengo una página buenaza para descargar melodias gratis - toy que me tiro el crédito. De post pago pasé a supercontrol... que vendrá después. Aún no tengo otro en la mira pero cuando me animé me va a costar trabajo separarme de éste.
Vemos entonces que a través de los años los celulares han sido variados, como la experiencias que ellos me han dado. Aún me sigo riendo de los mensajes que me llegan diciendo que me gané una beca para estudiar computación e inglés. ¿A ti no te llegan?